¡Hoy descubrimos el Santuario de Oro!
En Álava, tenemos infinidad de lugares impresionantes para descubrir, nuestra tierra cuenta con lugares mágicos en los que disfrutar de la naturaleza y admirar su belleza.
El Santuario de Oro es uno de ellos, a tan solo 24 Km de Vitoria-Gasteiz, encontramos esta belleza histórica en un entorno natural maravilloso.
Este edificio histórico, se sitúa en el Valle de Zuya, a tan solo 3,5 Km de la capital de este municipio, Murguía.
Es el lugar de culto más importante de la zona y desde él, se puede disfrutar de unas vistas espectaculares de todo el valle.
Además la zona, es un lugar impresionante para disfrutar en familia de diferentes paseos fáciles por la naturaleza, así como disfrutar de la escalada, con una zona con multitud de de vías para todos los niveles.
Historia de Oro
Los primeros documentos de los que se tiene constancia del Santuario de Oro datan del año 1138, se trata de la escritura que refleja la donación que se produjo por parte de Doña María López del Santuario de Oro y de otro de la provincia de Álava.
Mucho antes de tener la certeza de que la zona fue un lugar de culto, gracias a la construcción del santuario, se sabe que existió una comunidad que habitó en ella. Este hallazgo fue gracias a los estudios arqueológicos realizados por José Miguel de Barandiarán y por otros trabajos arqueológicos que se hicieron en la zona entre 1964 y 1967.
Gracias a esos estudios de materiales, se llegó a la conclusión, de que la zona había estado poblada en la Edad de Hierro y se encontraron restos procedentes de tres épocas diferentes. Los más antiguos son de los años 850-700 a.C., posteriormente, se asienta otros grupo de gente entre los años 450-350 a.C. y por último se encuentra evidencias de la existencia de una comunidad sobre la época romana.
Edificio del Santuario
La edificación del Santuario de Oro ha pasado por diversas transformaciones.
Lo primero que hubo, fue una iglesia Románica de la que no queda nada, según los historiadores su construcción debió ser entre finales de siglo XI y principios del XII y se cree también de su estilo Románico, por la semejanza a otras construcciones que hay por la zona.
Las bóvedas del templo se estima que se construyeron a finales del siglo XIV, principios del XV.
El edificio se cimentó sobre la roca de la propia peña sobre la que se levantó el Santuario, en especial la parte derecha, la más pegada a la montaña.
Dentro del edificio, encontramos varios puntos interesantes de la construcción, por un lado tenemos la Sacristía, la cual fue construida en 1771 y se sitúa detrás del retablo mayor y está decoradas con el estilo del final del Barroco.
El Retablo Mayor es lo único que se conserva desde 1964, año en el que se hizo una de las últimas reformas. Es de estilo Barroco y en el centro se encuentra la imagen de la Virgen de Nuestra Señora de Oro, la cual es la patrona del valle.
Dentro del Santuario, tenemos dos Capillas, que se encuentran una a la derecha y otra a la izquierda.
La Capilla derecha, se dedicada a San Antonio de Padua, se levantó aproximadamente en 1638 y su estilo es del principio del Barroco. Su Retablo original ha desaparecido.
La Capilla de la izquierda es del Santo Cristo Crucificado, data del año 1761 aproximadamente, esta capilla, anteriormente, se situó bajo el coro.
Entorno del Santuario de Oro
Escalada
El entorno del Santuario de Oro es un lugar muy especial por el que poder pasear en familia y en el que poder disfrutar de la escalada y de la naturaleza. Un mirador impresionante desde el que poder disfrutar el valle de Zuya por un lado y la Llanada Alavesa por otro.
Por sus paredes dieron sus primeros pasos en la escalada los hermanos Pou, una pareja de escaladores reconocidos a nivel mundial, naturales de Murguía, la capital del valle.
En las paredes del Santuario de Oro se encuentra una escuela de escalada muy peculiar que no te dejará indiferente, buen ambiente, buena roca en un entorno natural de primer nivel.
Las vías de placa, bastante técnicas, se resisten para los escaladores principiantes, por lo que tendrá que dar todo lo que tienes para poder coronar la vía.
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